Antes de que el mundo escuchara el primer llanto de Jesús, mucho antes de que Él tomara su primer aliento en la tierra, Dios ya estaba demostrando su providencia a los necesitados. Como lo narra Lucas en su evangelio, la fidelidad de Dios se manifestó primero en un humilde sacerdote llamado Zacarías. La fidelidad que Dios mostró a este siervo humilde es la misma que usó para revelar el regalo de su Hijo, y es la misma fidelidad que Él nos ofrece hoy.