Las dificultades y la presión de la cultura pueden enfriar nuestro amor por Dios y por los demás, llevándonos a una fe débil y sin gozo. Sin embargo, es posible mantener un corazón firme y encendido para Cristo, aun cuando todo a nuestro alrededor distorsiona el verdadero significado de palabras como amor y verdad. En este mensaje, descubriremos dos principios esenciales que fortalecen nuestra fe y nos ayudan a vivir con gozo y propósito, evitando que nuestra vida espiritual se enfríe y perdiendo la dirección que Dios quiere para nosotros.