Josué 7
Después de una gran victoria espiritual, el corazón humano suele bajar la guardia. Así ocurrió con Israel en Josué 7. Tras la caída milagrosa de Jericó, el pueblo enfrentó una humillante derrota en Hai. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo pasó de la cima del gozo a la profundidad del fracaso? La respuesta apunta al corazón. Este capítulo nos enseña que el pecado secreto, la autosuficiencia y la falta de búsqueda de Dios pueden traer consecuencias dolorosas. Pero también muestra que el arrepentimiento genuino es el camino de regreso a la restauración.
1. El arrepentimiento comienza cuando se reconoce el orgullo espiritual
Josué no consultó a Dios antes de enviar al ejército a Hai. La confianza en la victoria anterior llevó al pueblo a la autosuficiencia. Sin oración, sin dependencia.
Reflexión: El éxito espiritual de ayer no garantiza fidelidad hoy. El orgullo espiritual endurece el corazón y debilita la sensibilidad ante el pecado.
¿En qué área de mi corazón se ha deslizado una actitud de suficiencia propia en lugar de dependencia de Dios?
2. El arrepentimiento requiere confrontar el pecado oculto
El pecado de Acán fue secreto, pero afectó a toda la nación. Codició, tomó y escondió lo que era de Dios. La gravedad no estaba solo en el robo, sino en haber despreciado la autoridad del Señor.
Reflexión: El pecado escondido no desaparece; crece en la oscuridad y daña mucho más de lo que se imagina.
¿Hay algún pecado que necesito confesar y traer a la luz antes de que sus consecuencias sean mayores?
3. El arrepentimiento genuino actúa antes de que sea demasiado tarde
Acán esperó hasta ser expuesto públicamente para admitir su pecado. Tuvo muchas oportunidades para arrepentirse voluntariamente, pero no lo hizo. La demora lo llevó al juicio.
Reflexión: La gracia de Dios nos da tiempo, pero no garantiza siempre otra oportunidad. El arrepentimiento genuino no espera ser descubierto; responde a la convicción del Espíritu con humildad.
¿Está Dios llamando a mi corazón hoy a arrepentirme de algo? ¿Por qué esperar?
Frase clave del estudio
El arrepentimiento no es solo reconocer el pecado, es correr de regreso a los brazos de Dios antes de que sea demasiado tarde.
Versículo para meditar
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.”
—Proverbios 28:13 (RVR1960)
🎧 Escucha un estudio más detallado de este pasaje aquí: