Introducción
Según lo que aprendí en la escuela mientras crecía y lo corroboré hace poco, los continentes se están desplazando. Se están moviendo muy lentamente. El continente australiano, por ejemplo, se desplaza casi 7.5 centímetros hacia el noreste cada año. Los australianos no lo sienten ni lo ven. El movimiento es demasiado lento para notar los cambios. Pero es lo suficientemente significativo como para causar problemas en la precisión milimétrica del GPS. Puede que estos 7.5 centímetros no representen mucho desplazamiento, es casi imperceptible. Pero, durante los últimos 16 años, más o menos, cuando el GPS de ese país fue actualizado por última vez, el país se ha movido más de 1 metro y medio.
Ahora bien, esto ha comenzado a afectar a los vehículos autónomos como tractores y máquinas agrícolas que dependen de coordenadas exactas, la programación de drones militares, el sistema de entrega de correo.
Cuando leí esto, pensé que esta situación es una ilustración más de que todo cambia en este mundo, incluso los continentes. Pero algunas cosas nunca cambian. Dios nunca cambia y Su Palabra nunca cambia. Está establecida para siempre en los cielos (Salmo 119:89).[i]
Esto también me sirvió como un recordatorio de que vivimos en una cultura cambiante que está a la deriva, y va desplazándose moralmente de manera lenta y a veces no tan lenta. Esto requiere que recalibremos y actualicemos nuestro GPS interno: que reflexionemos en dónde estamos, hacia dónde vamos, qué estamos haciendo, cómo vivimos y en qué estamos creyendo. Debemos actualizarlo todo para que coincida con la Palabra de Dios, que es siempre exacta, y nunca cambia.
La nueva etapa en el ministerio de Jesús
Quiero mostrarle a un hombre que fue guiado por la inmutable palabra de Cristo en un momento de crisis en su vida. Tome su Biblia y busque conmigo el Evangelio de Lucas. Estamos en el capítulo 7 en nuestro estudio a través del primer tomo de los escritos de Lucas a Teófilo – un aristócrata gentil convertido al cristianismo. Al segundo tomo lo conocemos como el Libro de los Hechos.
Lucas continúa narrando los hechos y las palabras del Señor Jesucristo sobre la Tierra, y le dice a Teófilo – y a nosotros también, en Lucas 7:1.
Después que (Jesús) hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. Lucas 7:1
Capernaum era una ciudad bulliciosa y llena de actividad situada cerca de una importante ruta comercial. Este lugar se convirtió en la base de operaciones del ministerio del Señor Jesús.[ii]
Este versículo señala una nueva etapa en la misión de Jesús y Su ministerio.[iii]
En los primeros 6 capítulos del Evangelio de Lucas, Jesús ha tratado principalmente con los judíos. Pero ahora, después de terminar Su sermón del altiplano, Él comienza a interactuar con los gentiles. Y aquí, en el Evangelio de Lucas, presenciamos su primer encuentro. En el versículo 2 leemos a cerca de un centurión romano.
La fe del centurión
Un centurión estaba al mando de un centenar de soldados: 100 hombres.[iv]
Los centuriones eran los responsables de la disciplina y la moral del regimiento. Los consideraban el elemento que mantenía unido al ejército. El historiador griego Polibio escribió unos 200 años antes del nacimiento de Cristo que los centuriones eran “hombres confiables, sin ansias excesivas de precipitarse a la pelea, y cuando están bajo mucha presión, están listos para mantenerse firmes, incluso si eso significara morir en su puesto de batalla.”[v]
Estos eran líderes militares muy respetados.
Y no es coincidencia que al escribirle a Teófilo – un funcionario gentil – Lucas incluya el testimonio de este oficial gentil muy respetado que demostró su fe en Jesucristo. De hecho, Lucas va a presentarnos a unos cuantos centuriones en sus dos libros para Teófilo.
En Lucas 23 y en el relato paralelo de Mateo 27, encontramos al centurión a cargo de la crucifixión de Jesús, quien dijo allí mientras vio morir a Jesús en el calvario:
“Verdaderamente, este era Hijo de Dios” (Mateo 27:54).
En Hechos capítulo 10, Lucas nos cuenta de la conversión de Cornelio, quien también era un centurión.
En Hechos 21, encontramos al centurión que rescata al apóstol Pablo de ser asesinado a golpes por una turba furiosa.
En Hechos 23, encontramos a otro centurión que rescata a Pablo de un intento de asesinato en Jerusalén.
Más adelante, en Hechos 23, dos centuriones y sus 200 hombres protegen a Pablo y lo llevan sano y salvo hasta su juicio ante el Gobernador.
En Hechos 27, un centurión acompaña a Pablo a Roma y lo trata con respeto e incluso sigue su consejo cuando están naufragando en la isla de Malta.
Lucas incluye al menos siete centuriones romanos en sus escritos inspirados y revela que algunos de ellos se convirtieron en seguidores de Cristo.
Ahora continuemos en el versículo 2 de Lucas 7:
Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Lucas 7:2
El doctor Lucas nos da su evaluación médica de este hombre y nos dice su muerte era inminente. En otra palabra, no había nada que un médico pudiera hacer.[vi]
Sin embargo, aquí se nos dice que este siervo enfermo era muy querido por el centurión. La palabra traducida “querido oapreciado”, da la idea de alguien “honrado, valorado o respetado.”[vii]
No se nos dice por qué este era el caso. Pero sí se nos dice que este siervo era lo suficientemente importante para el centurión como para involucrar a los líderes judíos de su comunidad en su intento de salvarlo. Continuamos leyendo el versículo 3.
Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.Lucas 7:3
El centurión hace este pedido con urgencia. Note que van a rogarle a Jesús que venga y sane al siervo. La palabra traducida sanaraquí es otro término médico que usa el Dr. Lucas para describir el rescate de este siervo a punto de morir a causa de su grave enfermedad.[viii]
A este sirviente básicamente lo han ingresado en unidad de cuidados intensivos, y es por esa razón probablemente que no se lo trajeron a Jesús. Así que, le piden a Jesús que vaya a verlo.
Mateo lo describe con la palabra “paralítico” en su relato, lo que puede indicar que en este momento ya habría entrado en coma y no se podía mover. Su vida está colgando de un hilo.[ix]
Entonces, el centurión se acerca a los ancianos judíos que le envíen un mensaje a Jesús. Y déjeme decirle, que los ancianos judíos no solían hacer recados para la gente, mucho menos para un centurión romano.[x]
Pero se nos da la razón por la cual lo hicieron en versículo 4:
Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. Lucas 7:4-5
Entonces, no solo llevan la solicitud del centurión, sino que también hablan en su favor.[xi]
Y con razón. Este centurión evidentemente era un seguidor de Dios. No era un completo prosélito judío, pero sí era un hombre temeroso de Dios.
Él ama a la nación de Israel. ¿Cuántos centuriones romanos amaban a Israel? No muchos, a decir verdad. Él era una extraña excepción. La palabra griega que Lucas usa es agape. Este es el amor que proviene de una mente y un corazón comprometido. Esta es una persona que ha decidido amar a Israel, y muestra su amor por el Dios de Israel.
¡Este es un soldado romano interesante!
Documentos históricos nos informan que un centurión recibía un salario 15 veces más alto que un soldado común. Esto los volvía ricos; y evidentemente, este centurión era generoso con su riqueza.[xii]
También se nos dice aquí que había financiado la construcción de una de sus sinagogas. ¿Qué soldado romano haría algo como esto? Me imagino lo mucho que amaban a este hombre los miembros del comité de construcción.
Se nos dice en el siguiente versículo que Jesús accedió a ir con ellos a la casa del centurión. El evangelio de Mateo registra que Jesús dijo: “Iré y lo sanaré.”
A propósito, tenga esto en mente. Jesús no dice: “iré y ahí veo si puedo hacer algo.”[xiii]
No, “iré y lo sanaré”. Jesús está a punto de probar que lo que Él promete, se hace. Los continentes podrán moverse y cambiar, pero la Palabra de Dios permanece.
Ahora mire lo que sucede aquí en versículo 6:
Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo. Lucas 7:6
Deténgase aquí por un momento. Permítame destacar la forma en que el centurión se dirige a Jesús. Él usa el término, “Señor.” Ahora bien, este podría ser un simple título de honor, una muestra de respeto. Sin embargo, muy frecuentemente en estos encuentros que vemos en los evangelios, los creyentes llaman a Jesús “Señor” porque sabían quién era Él. Reconocían su identidad como el mesías, Dios encarnado, Él Señor. Por el otro lado, los incrédulos más a menudo lo llaman simplemente “Maestro” o “Rabino.”[xiv]
Este centurión, aparentemente ha hecho su tarea y ha estudiado lo que la Palabra de Dios decía en cuanto al Mesías y ha escuchado acerca de Jesús; y este soldado romano termina reconociendo lo que la nación judía está teniendo grandes dificultades para comprender. Basado en su fe en la palabra de Cristo solamente, este centurión se dirige a Jesús reconociéndolo como el divino Señor.[xv]
Y, escuche esto: meses después otro centurión anunciará al ver a Cristo en la cruz, que Jesús era el Hijo de Dios. Este centurión básicamente había llegado a la misma conclusión.
Este es el Mesías, este es el ungido que Israel ha estado anhelando recibir y la evidencia de esto aparece a continuación.
Pero antes de ver esto, note lo que dice el centurión en el versículo 6. Él ha reconocido una cosa más. Él le envía el siguiente mensaje a Jesús:
No te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo. Lucas 7:6b
No pase por alto el obvio juego de palabras entre los ancianos judíos y este soldado romano. En el versículo 4 los ancianos le dicen a Jesús: “Oh, tienes que ayudarlo, él es digno”. Pero el centurión le dice: “Señor, yo no soy digno.”
El centurión manda a decirle a Jesús básicamente: Ya que eres el Mesías – el ungido de Jehová. No necesitas molestarte en entrar a mi casa. Versículo 7:
Pero di la palabra, y mi siervo será sano. Lucas 7:7b
Él continúa explicando en el versículo 8:
Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Lucas 7:8
“yo digo: ve y va.” La palabra traducida ve aquí es un término militar que hace referencia a “marchar”.[xvi]
El centurión le está diciendo a Jesús: Mire, yo soy un hombre de milicia, y tengo autoridad sobre mis 100 hombres. Y cuando les digo que marchen, ellos no dicen: “¿y por qué?”, o “Nos duelen los pies” o “lo hacemos en un rato.” No, ellos marchan. Y cuando les digo que hagan algo, dicen: “¡Sí señor!”, y lo hacen inmediatamente.
Ahora, ¿Qué le está diciendo el centurión a Jesús? Él le está diciendo: Señor, yo puedo ordenarle a cualquiera que está bajo mi autoridad, como tú también puedes hacerlo. Como sé que eres el Señor del universo, todo está bajo tu autoridad: mi siervo paralizado, su enfermedad, el poder para sanar, el tiempo y la distancia, el mundo; todo está bajo tu mando. ¡Señor, solo di la palabra!
Nuestra fe en la Palabra de Dios
¿Mientras leía esto me preguntaba qué tan receptivos somos nosotros a la Palabra de Dios? Qué tan rápido marchamos, si el Señor nos dice “Marchen”.
“Me duelen los pies. Es inconveniente. ¿Tiene que ser ahora?”
¿Qué tan preparados estamos para detenernos o movernos, cambiar, obedecer o creer, solo porque lo dijo en Su Palabra?
Que esta sea siempre nuestra actitud, querido oyente: “Señor, ¡solo di la palabra!”
Continuamos leyendo el versículo 9:
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Lucas 7:9
Los ancianos judíos elogiaban a este hombre por sus obras. Jesús lo elogia por su fe.[xvii]
¿Y dónde estaba puesta su fe? ¿En sus obras? No, en las palabras de Jesús. Solo di la palabra.
El Evangelio de Mateo nos dice, que en ese mismo momento el siervo del centurión fue sanado. Lucas registra en el versículo 10:
Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. Lucas 7:10
Con la palabra “sano,” el médico Lucas nos da a entender que este hombre ahora gozaba de buena salud.[xviii]
Esto es absolutamente sorprendente. No sabemos por cuanto tiempo había estado sin comer. Él ha estado paralizado por quién sabe cuánto tiempo. Su vida colgaba de un hilo. Estaba a las puertas de la muerte y de repente, milagrosamente, inmediatamente, no solo despierta y empieza a recuperarse. Él ahora está en perfectas condiciones.
Jesús simplemente dice la palabra.
Querido oyente, ¿de qué dependemos en este mismo día como creyentes? ¿No debería ser solamente la palabra del Señor?
El pastor J.C. Ryle me hizo pensar cuando escribió sus comentarios sobre este texto hace más de 100 años e hizo la pregunta: “”¿Realmente has visto el libro de la vida? ¿Has visto tu nombre escrito ahí? ¿No? Entonces ¿cómo sabes que estás ahí? Porque la palabra de Dios dice que los creyentes en el Evangelio son aquellos cuyos nombres están en el libro de la vida (Filipenses 4:3).
¿Ha visto a Jesús de pie presentándose como su abogado delante del Padre defendiéndole cuando peca? ¿No? Entonces, ¿cómo sabe que lo está haciendo?[xix]
Porque Su palabra dice:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. (1 Juan 2:1).
¿Cómo puede estar seguro de que irá al cielo para vivir con Jesús para siempre? ¿Cómo sabe que esto realmente va a suceder?
Porque Jesús dijo:
Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis (Juan 14:2b-3).
Pero entre ahora y el momento que llegue al cielo ¿cómo sabe usted que Jesús no cambiará de opinión y le abandonará?
Porque Él dijo:
He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28:20).
David Livingstone, misionero pionero en África en los años 1800, dijo que en cada crisis de la vida, él abriría su Biblia en este pasaje y luego escribiría en su diario: “Esta es la palabra inquebrantable de un Caballero de primer orden”.
¡Él nos ha dado Su palabra!
Estamos viviendo en días de gran incertidumbre. Es como si el GPS de la vida se hubiera descontrolado. Vivimos en una época en la que la gente está más abierta que nunca a los consejos, ideas y filosofías en cuanto a la vida y la muerte, e incluso de la vida más allá de la tumba. Incluso el mundo secular se siente incómodo en su creciente sospecha de que hay algo más allá, alguna inteligencia cósmica o alguna fuerza universal. La pregunta es ¿hacia dónde mirarán para encontrar la verdad? ¿De quién van a recibir los consejos? ¿De quién serán las palabras que sigan?
Conclusión
Estaba en una tienda hace un tiempo y una joven adolescente estaba en el mostrador. Yo le dije: “Espero que esté teniendo un buen día”. Ella dijo: “Bueno, en realidad no, me lesioné el pie.” Ella continuó diciéndome que había recibido un golpe en un partido de fútbol que había arruinado sus esperanzas de ser bailarina.
Solamente tiré el comentario para abrir la puerta al evangelio y le dije: “Sabes, Dios tiene una razón para todo, aunque no podamos entenderlo”.
Y ella dijo: “Oh, lo sé, esta lesión me ha dado mucho tiempo para concentrarme en mi religión”.
“Que bien”, le dije ¿qué religión practicas? Y ella dijo, “Soy pagana”.
Bueno, eso no me lo esperaba. Le dije, “¿Eres pagana? Conozco algunas personas que se ajustan a esa descripción, pero ¿qué significa eso para ti?”
Ella dijo: “Estoy estudiando Wicca y quiero convertirme en bruja”. “Eso es interesante” le dije, ¿y qué harás con eso? Ella continuó diciéndome que estaba estudiando la adoración a la tierra y cómo podemos sintonizarnos espiritualmente con ella.
Y ¿qué piensa hacer más adelante con su vida? Le pregunté. Ella dijo: Bueno, me gustaría empezar mi propia iglesia de la tierra.
Me pareció interesante que ella todavía quería ir a la iglesia. Le dije: Bueno, y después de que comenzar tu iglesia de la Tierra ¿qué quieres hacer? Ella me dijo, No sé, me gustaría ser profesora en una escuela. Y pensé: Me alegro de que mis hijos ya se graduaron.
La miré y le dije: Después de pasar tu vida haciendo todas estas cosas, déjeme preguntarle algo: ¿qué vas a hacer un par de minutos después de morir?
Ella tartamudeó un poco y luego dijo: “Bueno, espero que la divinidad sea buena conmigo.”
“¿Entonces cree que hay un Dios después todo?” Le dije.
“Bueno, no. No de esa forma”. Me respondió
Ahí se detuvo nuestra conversación porque otro cliente se acercó a la caja. Le pedí a la joven que pensara en ese encuentro divino algún día y me dijo que lo iba a hacer.
Como el resto del mundo que la rodea, sus cimientos están construidos sobre terreno inestable. Todo se trata sobre la Tierra. Y no pude, sino pensar que ni siquiera la Tierra es estable, los continentes están cambiando, están moviéndose. El GPS no ayuda. No hay ayuda para proveer dirección que dure toda la vida.
¿Dónde se encuentra la palabra, el consejo, la dirección para la vida que sea sólida, verdadera y eterna?
Escuche lo que dice el Salmo 33:
Alegraos, oh justos, en Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza.
Aclamad a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio.Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con júbilo.
Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra es hecha con fidelidad.El ama justicia y juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.Él junta como montón las aguas del mar;
Él pone en depósitos los abismos.Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo.
Porque él dijo, y fue hecho;
Él mandó, y existió.Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
El consejo de Jehová permanecerá para siempre.
¿Amén?
Querido oyente, no se deje arrastrar por la corriente moral y espiritual de este mundo que va a la deriva. No confíe en las voces cambiantes de la sociedad, sino en la Palabra firme e inmutable de Dios. Así como el centurión confió en el poder de la palabra de Jesús sin necesidad de verlo en persona, nosotros también debemos vivir con esa fe inquebrantable.
Hoy, el Señor sigue hablando. Su verdad sigue guiando, transformando y dando vida. La pregunta es: ¿está dispuesto a escuchar y obedecer?
Que nuestra respuesta siempre sea: “Señor, ¡solo di la palabra y yo creeré!”
[i] Adaptado de David Grossman, “Australia’s GPS was off because the whole country moved”. PopularMechanics.Com (29/7/16); Chris Foxx, “Australia plans new coordinates to fix sat-nav gap”, BBC.com (29/7/16)
[ii] Adaptado de Bruce B. Barton, Life Application Bible: Luke (Tyndale, 1997), p. 172
[iii] David E. Garland, Exegetical Commentary on the New Testament: Luke (Zondervan, 2011), p. 294
[iv] Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary: Volumen 1 (Zondervan, 2002), p. 383
[v] William Barclay, The Gospel of Matthew: Volumen 1 (Westminster Press, 1975), pág. 301
[vi] Adaptado de R.C.H. Lenski, The Interpretation of St. Luke’s Gospel (Editorial de Augsburgo, 1946), pág. 389
[vii] Garland, pág. 295
[viii] Fritz Rienecker y Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament (Regency, 1976), p. 157
[ix] Darrell L. Bock, Luke: Volumen 1 (Baker, 1994), pág. 636
[x] R. Kent Hughes, Luke: Volumen 1 (Crossway Books, 1998), p. 254
[xi] Bock, pág. 637
[xii] Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary: Volumen 1 (Zondervan, 2002), p. 383
[xiii] Douglas Sean O’Donnell, Matthew (Crossway, 2013), pág. 207
[xiv] Adaptado de O’Donnell, p. 206
[xv] Lenski, pág. 392
[xvi] Reinecker y Rogers, pág. 23
[xvii] Garland, pág. 297
[xviii] John Phillips, Exploring the Gospel of Luke (Kregel, 2005), pág. 121
[xix] Adaptado de J.C. Ryle, Expository Thoughts on the Gospels (Evangelical Press, publicado por primera vez, 1879; reimpreso en 1985), pág. 104